viernes, 30 de mayo de 2014

Restaurante Taberna Sukalki, Vitoria-Gasteiz







Foto: Gastronosfera

Para seguir con la falta de coherencia de este blog, nos asomamos a un primer restaurante, y en este caso contravenimos el "food in Bilbao" para comentar una experiencia gastronómica en Vitoria, créase o no la capital del País Vasco.

Por compromisos de trabajo teníamos que comer en la capital alavesa, con una visita, por lo que se imponía la búsqueda de una opción elegante, no muy cara (la empresa no paga excesos) y que resultase satisfactoria. Así surgió el típico "a mí me han hablado muy bien de..." el Sukalki, así que nos encaminamos a la céntrica Calle Florida, con idea de degustar el menú del día.

En ese momento surge mi primera sorpresa, el menú es bastante "cerrado",y en una propuesta muy original te ofrece tres primeros, no a elegir, sino para degustar los tres, y dos segundos. El precio se sitúa en una banda intermedia, los 15 euros, empleándose por un lado materias primas no muy caras, pero dándoles un toque de alta cocina, presentación y elaboración que justifica plenamente el mismo. En mi  caso, y pese a mi reticencia inicial a los primeros (soy rarito para comer de toda la vida, aunque por suerte cada vez menos), la experiencia resultó 100% satisfactoria, consisitiendo en:

  • Menestra de verduras: Sin ser fan, rica, con un aporte cárnico de sabro ahumado que daba un gusto potente al caldo
  • Anchoas en vinagreta (4): Clásicas, pero muy ricas, tersas y con un punto justo de acidez
  • Y la sorpresa para mí, mejillones al vapor. Tengo un atávica aprensión a los mejillones, debidos a una desafortunada disección en aquello lejanos tiempos del BUP. Aún así, superada la fobia, degusté con fruición estos mejillones de pequeño tamaño, con un jugo ácido, quizá cítrico, que daba gusto "cucharear" con las conchas de mis antiguos enemigos.
Como es lógico, las raciones de los tres primeros son ajustadas, de segundos merluza y filete ruso relleno de queso. Me decanté por la segunda opción, recibiendo un filete ruso de tamaño razonable, jugoso, con muy buen punto de cocción y relleno con un queso excelente.

Para postre, un vasito de fresas con nata muy bien presentado, rico y con una especie de peta zetas azules que daban un toque original.

En mi opinión, un enfoque diferente del menú del día, rico y ajustado en precio para ser Vitoria. Se veía gente comiendo en plan raciones, o pequeños platos, todo con muy buena pinta

No hay comentarios:

Publicar un comentario